Luchar. Lo que hacían
era luchar, rebelarse contra el mundo, contra aquella sociedad que les tocó
vivir. Luchar contra el franquismo,
contra su represión y falta de libertades, luchar contra el capitalismo, franquista o democrático burgués, contra la explotación
en las fábricas y tajos, luchar por conquistar parcelas de decisión y libertad,
luchar contra el machismo, por la
igualdad. Luchar por la revolución
socialista, era entonces el sueño de una nueva sociedad sin explotación,
más libre, igualitaria y justa.
Esa gente construyó organizaciones en
la clandestinidad para aglutinar fuerzas, Octubre-Unión de ml, UCCO,PC UR, Comités Obreros, otras como el
sindicato PLO y la OMUCCO en los albores
de la democracia, herramientas necesarias para transformar aquella horrible
sociedad. Construir un partido es muy difícil, requiere enormes energías, y
tiempo. Es complicado dotarlo de línea política que guíe la acción a corto y
largo plazo, hay que dirigir, organizar las fuerzas para la consecución de
objetivos a niveles distintos…
La “correlación de fuerzas” era claramente
favorable a la burguesía en razón de sus aparatos represivos, ideológicos y su
poder económico. Para la revolución socialista se necesitaba un largo proceso
de acumulación de fuerzas, con la construcción del partido, la creación y
potenciación de organizaciones de masas y la elevación del nivel de conciencia.
Eran necesarios largos procesos de formación de cuadros y de la elaboración de
materiales y métodos de trabajo que favorecieran los objetivos.
Este punto fue un elemento diferenciador
respecto al resto de organizaciones políticas que, de una u otra forma,
planteaban la inmediatez o de la caída del franquismo (PCE) o la posibilidad de
una revolución social.
Lo que hacían era luchar:
contra las leyes franquistas y su
aparato de propaganda,
y habituales congelaciones
salariales,
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