El movimiento nacionalista como parte del “movimiento popular” de nuestro país es tanto fruto de las justas aspiraciones democráticas de las masas, como de algunas reivindicaciones específicas de la pequeña burguesía. En tanto surge como protesta por la opresión de culturas, lenguas, etc, el movimiento expresa aspiraciones justas de las masas. En tanto surge como fruto de aspiraciones separatistas, autonomistas, racistas, expresa las reivindicaciones reaccionarias específicas de la pequeña burguesía de las distintas nacionalidades. Mientras que la ideología proletaria se basa en el internacionalismo, la ideología pequeño- burguesa se basa en el nacionalismo más estrecho.
Aun estableciendo las
diferencias necesarias, los marxistas-leninistas no hemos de olvidar que sólo
el socialismo podrá liberar a los distintos pueblos y nacionalidades de las
viejas trabas a que están sometidos, sin caer en el error de pensar que sólo la
cultura de las “nacionalidades” es la que está oprimida.
En la fase de capitalismo
monopolista, de creación de un Estado único de la burguesía, los
marxistas-leninistas no podemos fomentar las ideas nacionalistas y separatistas
que tiendan a debilitar al proletariado frente a su enemigo común y único. El
análisis de la España de hoy nos demuestra lo erróneo de trasplantar aquí
reivindicaciones específicas de otros países y otras situaciones distintas.
El principio de fomentar la
“autodeterminación de las nacionalidades” no se puede aplicar en
“nacionalidades” en que el proletariado no sólo es mayoría (País Vasco,
Cataluña), sino donde hoy por hoy es la vanguardia de la clase obrera nacional.
En las condiciones de
capital monopolista de Estado, los marxistas-leninistas no podemos olvidar que
la lucha de todo el proletariado nacional contra el Estado único de la
burguesía exige también la construcción del partido único del proletariado. En
las condiciones de nuestro país, la lucha por la dictadura del proletariado y
la revolución socialista es incompatible con el fomento de las reivindicaciones
pequeño-burguesas de separación o libre determinación de las nacionalidades.
Rechazamos el principio de
“fomento de la autodeterminación de las nacionalidades y condenamos el racismo
latente en ciertas tendencias separatistas de las nacionalidades, en tanto que
son reivindicaciones específicamente pequeño-burguesas, y afirmamos que el
papel dirigente de la revolución le corresponde al proletariado.
Mantenemos el principio
leninista del internacionalismo proletario, que en la actualidad pasa por la
creación del partido y del Estado único de la dictadura del proletariado como
único método válido para derrotar al Estado único del capital monopolista,
máxime cuando es el proletariado de las nacionalidades (nativo o inmigrado) el
que ocupa y deberá ocupar el papel dirigente de la revolución socialista en
España.
“Situación
actual. Movimiento nacionalista” Plataforma
política ampliada, aprobada en la ¿segunda? II Asamblea de Octubre, 1973.
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